Benjamín Ríos Merino

Ríos Protegidos es una iniciativa que comenzó su trayectoria en el año 2022, cuando se reunieron por primera vez en Puelo, Región de Los Lagos. Su objetivo es garantizar la protección mediante esfuerzos colaborativos e interdisciplinarios a diversas escalas. Aunque el proyecto cuenta con solo unos pocos años de trabajo, colabora con organizaciones que llevan décadas dedicadas a la protección medioambiental.

Ríos Protegidos trabaja bajo tres pilares fundamentales. En primer lugar, abarca temas jurídicos; también se dedica al área de investigación y, finalmente, trata aspectos de la vinculación con los territorios. Es fundamental para la iniciativa gestionar un trabajo comunitario integrativo que comprenda el valor educativo para lograr cambios duraderos.

Es crucial entender que estos ecosistemas pueden ser el corazón de una comunidad y que su subsistencia depende de ellos

Debora Ramírez Rojas, coordinadora de vinculación con el medio de Ríos Protegidos y cofundadora de Fundación Manzana Verde.

“Nuestros objetivos están relacionados con evaluar nuestras herramientas de protección, desde un aspecto legal hasta nuestra interacción con los cuerpos de agua. También queremos que la campaña haga justicia a la diversidad de ríos que existen en Chile, desde los del sur hasta los oasis en el desierto. Es crucial entender que estos ecosistemas pueden ser el corazón de una comunidad y que su subsistencia depende de ellos”, detalló Debora Ramírez Rojas, coordinadora de vinculación con el medio de Ríos Protegidos y cofundadora de Fundación Manzana Verde.

RÍOS PROTEGIDOS: EL VALOR DE LOS TERRITORIOS DE NORTE A SUR

Debora Ramírez Rojas, coordinadora de vinculación con el medio de Ríos Protegidos y cofundadora de la Fundación Manzana Verde, creció en La Araucanía. Vivía en tierras donde las forestales tenían un poder absoluto sobre el entorno natural. Como ella describió, no les interesaba la flora y fauna, solo veían una oportunidad de negocios. Con el paso de los años, vio bosques, ríos y cerros completos arrasados por maquinarias. Todos esos paisajes significativos de su infancia podían desaparecer de un día para otro sin oposición alguna. Por eso decidió dedicarse a proyectos de conservación, protección y restauración de espacios naturales, mediante recursos como la vinculación con territorios o la investigación científica.

Al igual que Debora tiene un fuerte vínculo con las tierras donde creció, Ríos Protegidos colabora con diversas organizaciones de norte a sur que mantienen la misma conexión con sus tierras. Destacan que cada región y paisaje cuenta con ríos de características diversas que deben ser abordados junto con sus implicaciones.

“Buscamos lograr una protección efectiva de los ríos. No se trata solo de un cambio legislativo, también es necesario disponer de herramientas para su cumplimiento. Va más allá de la protección de los ríos vírgenes, también es crucial la regeneración de aquellos afectados. Nuestro mayor sueño es establecer un sistema de protección y restauración del ciclo hidrológico, ya que de él depende la vida. No se trata solo de legislación, debe tener sentido para los territorios a fin de implementarlo de manera efectiva”, explicó Debora.

Además, Ríos Protegidos enfatizó el valor del actuar ciudadano en los cambios y la no dependencia exclusiva del trabajo estatal. La iniciativa está atravesando una etapa de reorganización en algunos de sus departamentos, pero sigue manteniendo un trabajo activo.

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