Mujeres por Mujeres
Cuatro de cada diez mujeres vive en zonas de alta o muy alta vulnerabilidad en Chile, según datos de TECHO-Chile y Geógrafas Chile, es decir, están altamente expuestas a sufrir violencia de género. La existencia de redes de apoyo, puede salvar vidas.
Marcela Arancibia
Pasaron la noche en vela. Fueron 12 eternas horas las que Juanita Luceros y Solange Bravo vivieron en plena pandemia, instaladas en la Posta 3 acompañando a una mujer que había llegado a constatar lesiones: había sido víctima de violencia de género en su hogar.
Juanita y Solange recuerdan nítidamente aquella noche, el frío, el cansancio, el miedo al contagio, y dicen que no les dio el cuero para dejarla sola. En todo caso, agregan, ya están acostumbradas a tener que “apechugar” en situaciones como esa. Ambas, junto a Liliana Neira y Maribel Poblete, forman parte de la Red de Monitoras de Lo Prado, una agrupación que nació en 2019 como parte de un voluntariado para acompañar a víctimas de violencia de género y que hoy ya está institucionalizada y contratada por la municipalidad de esa comuna.
Sin embargo, el trabajo de estas mujeres partió antes. En 2016 participaron de un curso en el Centro de la Mujer de Lo Prado. Fue ahí, cuentan, que se les abrieron los ojos y se fueron dando cuenta de que habían muchas situaciones que habían normalizado: la discriminación, las agresiones, la falta de oportunidades, las desventajas.
En esto estaban cuando surgió la oportunidad de participar en un concurso organizado por ComunidadMujer que buscaba reconocer y financiar iniciativas que fomentaran la igualdad entre mujeres y hombres. Su proyecto se llamó “Pinta una vida sin violencia hacia las mujeres”. Nunca pensaron en ganar.
Junto a la comunidad y al artista visual Heri Tapia se organizaron para visibilizar y concientizar sobre la violencia contra la mujer y pintaron varios murales, entre ellos uno ubicado en Dorsal con Comodoro Guesalaga donde destaca una pintura con fondo blanco y con 35 nombres escritos en negro, 35 nombres de víctimas de femicidios.
CÍRCULOS DE VULNERABILIDAD
Sensibilizar y educar a las comunidades sobre la gravedad de la violencia contra la mujer es una tarea que se vuelve de vital importancia en los territorios, considerando que 4 de cada 10 mujeres viven en zonas de alta o muy alta vulnerabilidad de acuerdo al indicador de vulnerabilidad realizado por el Centro de Estudios socio-territoriales de TECHO-Chile y Fundación Vivienda, en conjunto con Geógrafas Chile.
La vulnerabilidad de género es un tipo de vulnerabilidad social que permite comprender cómo las desventajas de las mujeres en cuanto a oportunidades sociales, pueden reducir su capacidad de respuesta ante diversas situaciones. Su gravedad radica en que está muy relacionada con expresiones de violencia de género como la violencia intrafamiliar, la limitación de la autonomía de las mujeres y la incapacidad de salir de ese círculo.
Una realidad compleja que explica por qué, para realizar este estudio, TECHO-Chile y Geógrafas Chile debieron cruzar datos del último Censo, del Registro Social de Hogares, del Centro de Estudios y Análisis del Delito y de la IV Encuesta de Violencia contra la Mujer.
Se analizaron cinco zonas de Chile que cumplían con tener más de 100.000 habitantes: el Área Metropolitana de Santiago, el Área Metropolitana de Valparaíso, el Área Metropolitana de Concepción, Antofagasta y Temuco-Padre Las Casas. Los resultados fueron los siguientes:
Según la IV Encuesta de Violencia contra la Mujer, en los últimos tres años se ha registrado una disminución en el número de mujeres que han denunciado haber sido víctimas de hechos de violencia. Entre los motivos para no denunciar están el no considerarlo necesario, sentir vergüenza y miedo.
Por eso los murales de la Red de Monitoras de Lo Prado, pintados por la misma comunidad, se han transformado en un impulso para que las mujeres se atrevan a dar el primer paso y denunciar a sus agresores.
Pero el trabajo no es solo concientizar, sino también prestar apoyo. El protocolo de acompañamiento para mujeres víctimas de violencia creado por la Red, hoy se ha convertido en un pilar fundamental de quienes deciden alzar la voz. “Es muy importante que seamos nosotras a quienes cuenten sus problemas más tranquilas porque pueden ser contenidas por nosotras con más confianza”, dice Juanita. Y agrega: “Yo nunca pensé estar ahí y servir a la comunidad y a nuestras partner, que de verdad sufren una violencia que nadie se imagina. Es necesario que estemos nosotras porque somos las únicas que podemos ver y sentir lo que ellas sienten”.
ENCERRADAS CON SU AGRESOR
De acuerdo al indicador de vulnerabilidad de mujeres de TECHO-Chile, las limitantes de la autonomía de las mujeres se presentan en al menos tres aspectos: bajos ingresos; labores domésticas y de cuidados no remuneradas; y la fragilidad de redes de apoyo familiares e institucionales. En muchas ocasiones las mujeres no tienen a quién recurrir ante situaciones de violencia. Ahí el apoyo de otras mujeres y de organizaciones como la Red de Monitoras de Lo Prado, se vuelve fundamental.
Las cuatro mujeres dicen que el trabajo de acompañamiento a víctimas de violencia de género les llena el alma, pero no ha sido fácil. Desde que partieron el año pasado con el proyecto de acompañamiento, la ayuda psicológica para Juanita, Solange, Maribel y Liliana fue fundamental. Y es que tienen que mantenerse fuertes para quienes están más vulnerables.
Ese apoyo sin límites de estas cuatro mujeres ha salvado vidas durante la pandemia del COVID-19, período en el que aumentó la violencia contra la mujer. “Durante la pandemia subió mucho porque lamentablemente la víctima estaba encerrada bajo cuatro paredes con su agresor”, explica Liliana.
De hecho, solo durante el primer fin de semana de cuarentena decretado en siete comunas de la Región Metropolitana, las llamadas al Fono 1455 dispuesto por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, aumentaron en un 70% en la relación al fin de semana anterior sin medidas de confinamiento.
En promedio, las mujeres se demoran entre seis a siete años en denunciar situaciones de violencia, y ese período puede transformarse en un infierno o terminar con sus vidas. Por esta razón, las cuatro participantes de la Red de Monitoras de Lo Prado quieren que el trabajo que hacen se replique en otras comunas del país y así sensibilizar a las comunidades a través de la visibilización de una temática tan importante como la violencia de género. Este simple acto puede permitir que mujeres que necesiten ayuda tengan acceso a la información y al espacio necesario para superar situaciones de abuso y violencia.
Y así lograr que la lista de nombres del mural de Lo Prado, no siga aumentando.
Si eres víctima o testigo de violencia de género y necesitas orientación, puedes llamar al teléfono 1455 del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género o puedes comunicarte al 149 del Fono Familia de Carabineros.
www.basepublica.cl