Este martes 31 de mayo se registró en el Congreso un hito histórico. Luego de varios años de postergación, finalmente se aprobó la adhesión de Chile al Acuerdo de Escazú, el cual busca promover el libre acceso a la información en materia ambiental, una mayor participación ciudadana en este tipo  decisiones y la  protección de activistas y defensores del medio ambiente a nivel de Latinoamérica y el Caribe. 

Uno de los principales impulsores para la aprobación de este acuerdo en nuestro país fue Sebastián Benfeld, jóven activista ambiental, vocero de Escazú Ahora Chile, estudiante de periodismo de la Universidad Católica de Valparaíso y un verdadero referente para las nuevas generaciones en medio de la crisis climática que vivimos en Chile y a nivel mundial. 

Conversamos con Sebastián sobre los alcances que tiene para nuestro país la aprobación del Acuerdo y el proceso que vivieron para lograr uno de los principales objetivos que se fijaron como organización medioambiental.  

¿Cómo vivieron como jóvenes y como activista este proceso hasta que se aprobó el acuerdo? 

El impulso por la demanda de la adhesión de Chile al acuerdo de Escazú desde la juventud ha sido todo un desafío. Ha sido un proceso que ha tenido altos, bajos y puntos intermedios, donde hemos podido en conjunto reír, llorar y pasar por todas las emociones posibles. Lo que pasó ayer en el Congreso fue una cuestión que nos llenó de alegría. Nos hizo sentir por fin que habíamos cumplido una parte importante de nuestra misión, para conseguir avanzar en materia de justicia, transparencia y democracia ambiental. Estamos contentos con el resultado, pero también por todo lo avanzado hasta acá. Hemos logrado construir un consenso y un apoyo en torno a estas demandas y es tan amplio que debemos seguir aprovechándolo para empezar una nueva etapa y hacer carne todo lo que implica este acuerdo y que se transforme en políticas públicas que ayuden al medioambiente. 

¿Cuáles son los principales aspectos de este acuerdo según tu visión? 

El acuerdo de Escazú es un acuerdo tremendamente relevante para el medio ambiente y para quienes trabajan por su cuidado. No es otra cosa que el primer tratado medioambiental de toda Latinoamérica y el Caribe y también el único en el mundo que protege a los y las defensoras ambientales. Se le da seguridad a quienes alzan sus voces en la defensa del medioambiente y también aumenta los estándares de nuestro país en materia de transparencia, participación y justicia en asuntos ambientales. 

¿Qué le dirías los detractores de este acuerdo, que argumentaron que ponía en riesgo la soberanía y la igualdad ante la ley? 

Les diría que se informen, que lean el acuerdo y que traten de no desinformar a la ciudadanía. El tema de la diferencia de igualdad ante la ley es algo que ha quedado resuelto en el debate y los detractores son muy pocos en esa materia. Creo que ha quedado muy claro tanto en la Izquierda como en la Derecha y en el Centro, la importancia que tiene hoy día la protección de las personas que alzan la voz por la defensa del medioambiente.

Le agradezco a las y los diputados y los y las senadoras que han participado en el debate con altura de miras, teniendo una conversación sincera respecto al acuerdo de Escazú. Durante la discusión, que hubo tanto en la Cámara como el Senado, pudimos resolver varias de nuestras inquietudes y dejar claro que este tratado no tiene implicancias en temas de soberanía, que es un acuerdo de derechos humanos y medioambiente y que de cuestiones limítrofes no se habla en absoluto.

Es muy  importante destacar que se logró llegar a un acuerdo con la oposición para la emisión de una declaración interpretativa que deja más que claro que Chile queda exento de cualquier demanda internacional producto de este acuerdo. 

El Acuerdo de Escazú tiene mucho también de simbólico, un verdadero hito a nivel medioambiental. ¿Qué significado tiene para las nuevas generaciones? 

El Acuerdo de Escazú es muy importante para la ciudadanía en general, pero sobre todo para las y los jóvenes, porque estamos hablando de un tratado que viene a dar herramientas concretas a todas las personas y comunidades para que podamos defender nuestro entorno. Esto ocurre en un momento de nuestra historia en la que la protección del medio ambiente cobra mucha importancia, porque la crisis climática avanza cada vez más rápido y son las y los jóvenes los que vemos amenazado nuestro futuro producto de esta situación. 

¿Qué desafíos tenemos como sociedad para poder cumplir este acuerdo y seguir avanzando en temas medioambientales? ¿Qué está pendiente?

Ahora que terminó este proceso, empieza una etapa en la que hay que transformar todo lo que dice Escazú en políticas concretas

Sebastián Benfeld, vocero de Escazú Ahora Chile

Si bien es un gran logro la aprobación del acuerdo, este es sólo el inicio de algo mucho más grande. Ahora que terminó este proceso, empieza una etapa en la que hay que transformar todo lo que dice Escazú en políticas concretas, en leyes, en decretos. Por eso es sumamente importante que toda la sociedad civil que ha acompañado este proceso siga atenta, siga pendiente, siga empujando  para que todo  lo que está en el acuerdo se haga realidad en nuestro país. Nosotros desde Escazú Ahora Chile nos comprometemos a avanzar con todo lo que tiene que ver con la protección de las y los defensores ambientales, porque esta es una materia urgente que requiere de toda la atención por parte de nuestro país.