María Eugenia López:
Compañeros de ruta educacional
Laura Corbalán
Fundación Portas cumple exitosos 15 años en su tarea de acompañar el viaje de jóvenes de contextos vulnerables, desde que inician una carrera en la educación superior hasta que encuentran su primer trabajo profesional.
La tarea de la fundación es desafiante: a cada joven se le otorga una beca integral que incluye apoyo económico, académico, emocional, desarrollo de habilidades e inserción laboral. Un apoyo para jóvenes que, con el tiempo, se transforman en los primeros profesionales de sus familias.
El recorrido de Fundación Portas muestra con orgullo no sólo más de una década de existencia, sino un año 2022 con una marca que exhiben con especial orgullo: haber logrado el titulado número 200.
María Eugenia López, Directora Ejecutiva de Fundación Portas, destaca el trabajo y desafíos de la organización.
¿Cuál fue la motivación que tuvo la creación de Fundación Portas?
Fue Roberto Ordoñez Sanhueza, expresidente del directorio de la fundación, quien comenzó la búsqueda de un proyecto que se convirtiera en un aporte significativo en la ardua tarea de la superación de la pobreza en nuestro país. Apoyado por un grupo de profesionales surgió la idea de orientar el aporte fundacional a los jóvenes de los dos primeros quintiles que ingresan a la educación superior. Esto consideraba la premisa de que la educación es uno de los factores que mayor incidencia tiene en la movilidad social y, en consecuencia, en el desarrollo del país, además del alto impacto que este tránsito sugería para el gran número de jóvenes que eran los primeros en sus familias en tener la posibilidad de ingresar a la universidad.
¿A cuántos jóvenes han acompañado en estos años de existencia?
En los 15 años de historia de Fundación Portas y considerando los ingresos proyectados para este año, habremos acompañado a más de 1.300 jóvenes. Cerramos el 2022 con 200 titulados, es decir, estudiantes que ingresaron a Portas en su primer o segundo año de carrera y que culminaron su paso por la Fundación cuando se titularon y encontraron su primer trabajo. Durante los primeros años de vida de la Fundación, ingresaban 18 jóvenes por año y hoy contamos con más de 900 activos, desplegados en Santiago y en nuestras sedes de Concepción, Cañete, Los Ángeles y Temuco.
De lo que han podido ver, ¿cuáles son las razones que más atentan contra la deserción en la educación superior?
Una de las principales causas de deserción es la brecha y desigualdad que existe en la formación escolar de los jóvenes. No todos quienes ingresan a la educación superior lo hacen en el mismo punto de partida: hay quienes llegan con importantes ventajas y otros que lo hacen con una visible brecha académica, gran inseguridad, incertidumbre e incerteza intelectual, vocacional y un gran peso económico por la carga que significan los costos asociados a estudiar una carrera. Todo lo anterior, evidentemente, atenta fuertemente contra la permanencia. No obstante, es importante considerar que la gratuidad innegablemente permitió un acceso más universal, pero que no garantiza por sí mismo en absoluto que el sueño se cumpla. El problema radica en el apoyo y acompañamiento específico que requieren los jóvenes que no cuentan con las condiciones mínimas para sortear obstáculos y que dejan en evidencia que como sociedad tenemos todavía una falla profunda de políticas educacionales que tenemos que abordar con celeridad. Vimos en 2021 que aproximadamente un 28% de quienes ingresaron a estudios superiores desertaron ese primer año por causas de desigualdad.
Hemos construido una red de más de 160 voluntarios que nos entregan tiempo, experiencia y amor infinito cada vez que algún becado o becada requiere soporte.
María Eugenia López, Directora Ejecutiva de Fundación Portas
¿A qué se debe los altos niveles de retención en la educación superior que logra la fundación con los jóvenes que apoyan?
Principalmente a que nuestro programa de acompañamiento está diseñado mirando al jóven como un sujeto único que requiere de herramientas y soportes específicos para ir sorteando las dificultades propias del proceso de estudiar en educación superior.
Nuestros becados cuentan con acompañamiento profesional mensual durante todo lo que dura la carrera. Este espacio les permite identificar brechas o condiciones que sugieren apoyo específico, como tutorías académicas, orientación vocacional, apoyo psicopedagógico y derivación a atención especializada en salud mental. También se integran a un trabajo en comunidades diseñado por etapas según el ciclo académico en el que se encuentren. En estos espacios, se trabaja entre pares para desarrollar habilidades necesarias para la vida y el mundo del trabajo, como relacionamiento, capacidad de escucha, proyecto de vida y autoconocimiento, entre otras. Todo lo anterior permite que nuestros resultados sean excepcionalmente superiores a la media del país.
Ustedes acompañan a los beneficiados hasta su inserción laboral. ¿Por qué?
Porque entendemos que el desafío es la real movilidad social que se logra cuando un profesional recién titulado se inserta en el mercado laboral. Ahí entendemos que nuestra misión ha sido cumplida. Creemos en ellos y en los proyectos de vida que han soñado al ser profesionales y nos preocupamos que el camino que recorran en su paso por Portas tenga un sentido único y personal y, por supuesto, eso incluye la elección del primer trabajo. El mundo laboral es una de las fases o procesos que marcan el inicio de una trayectoria de vida de la que como Fundación nos hacemos parte.
¿A qué se debe que logren un 90% de inserción laboral exitosa?
Por los soportes y apoyos que brindamos a nuestros becados durante todo el proceso. En el ciclo final, les brindamos apoyo específico, pero la empleabilidad es la consecuencia de una formación larga y permanente que se modela en el tiempo asociada a claridad vocacional, buena preparación académica, seguridad y confianza en sí mismo y técnicas para abordar procesos de selección cada vez más exigentes y competitivos.
¿Por qué dentro de sus preocupaciones está que los jóvenes beneficiados también desarrollen habilidades blandas?
Día a día observamos que todas las dimensiones de una sociedad están compuestas por elementos de diferenciación y de ventajas competitivas. En Portas orientamos a nuestros becados a sacar la mayor ventaja en su camino porque es algo que sólo a unos pocos se les ha mostrado. Las habilidades blandas les permiten desarrollar estándares de relacionamiento, de capacidad de diálogo, de entendimiento con pares, de crecimiento personal, de solidaridad y de tantas otras herramientas que permiten fortalecer su camino académico, familiar y laboral.
¿Quiénes son los aliados estratégicos con los que trabajan?
Hemos construido una red estratégica que nos permite dar soporte de diversa índole para proyectarnos en el tiempo.Tenemos alianzas con empresas que aportan para que la organización crezca en impacto. También hemos construido una red de más de 160 voluntarios que nos entregan tiempo, experiencia y amor infinito cada vez que algún becado o becada requiere soporte. A esto se suman alianzas con otras organizaciones de la sociedad civil, el apoyo de un grupo de socios que aporta mensualmente para la sostenibilidad de la organización y, a través de nuestra área de extensión, nos vinculamos muy de cerca con instituciones de educación superior, colegios y empresas.
¿Cuáles son los principales desafíos que se ha planteado la fundación para el 2023?
Queremos este 2023 amplificar nuestro propósito y ser incidentes. Cumplimos 15 años en esta misión y vamos por más. Estamos proyectando un año con desafíos que nos permitan explorar nuevos territorios de la mano de empresas y actores que se comprometan con nuestro propósito. Necesitamos seguir creciendo en la RM, porque acá se concentra el 51% de la matrícula del país. Tenemos una tarea monumental de poder acompañar integralmente a los más de 900 becados activos este 2023 para que sus proyectos de vida no se vean frustrados por falta de recursos, herramientas y habilidades. Es un camino, eso sí, que queremos recorrer conscientes del momento que estamos viviendo como país y que necesitamos hacerlo de la mano de más actores solidarios. Nuestros primeros pasos serán generar alianzas importantes con empresas que quieran realmente construir un mejor país de la mano de nuestro principal activo: jóvenes talentosos.