El exitoso modelo anti bullying que redujo la violencia
Isabel Rodríguez G.
Siempre que miramos a otros países para buscar soluciones a nuestros problemas nos enfocamos en los países de la OCDE o en Latinoamérica por cercanía. Sin embargo, en materia de violencia escolar los ojos del mundo se han centrado en KiVa, el exitoso modelo anti bullying de Finlandia que redujo la violencia en casi un 80%. Es uno de los métodos más estudiados y ha sido exportado a países como Francia, Bélgica, Suecia, Estados Unidos y también Chile ofreciendo resultados positivos.
¿Qué tiene de novedoso el programa KiVa? Incluye muchos recursos diferentes, herramientas para profesores, para padres y lecciones en la sala de clases. Pero el elemento diferenciador es que trabaja con los «testigos del acoso», y no se centra en la víctima o en el acosador.
El sistema fue creado por las profesoras Christina Salmivalli y Elisa Poskiparta en la Universidad de Turku, Finlandia, y parte de la base de que los profesores no siempre están presentes en el aula o en los patios, y por ende la reacción de los pares se vuelve clave en una situación de violencia. Por ello, este es un exitoso modelo anti bullying.
KiVa entrena a los estudiantes a través de video juegos de roles que aumentan su empatía y simulan situaciones concretas para animarse a intervenir. Los programas son historias de aventuras de elección propia en que los niños, niñas y adolescentes toman decisiones y ello permit e ver qué consecuencias pueden derivarse de sus acciones.
Un modelo anti bullying con evidencia exportable
Desde su creación, el método KiVa se ha probado como el modelo anti bullying de Finlandia que redujo la violencia con esperanzadores resultados. La investigación más contundente fue precisamente en ese país, tomando la experiencia de 230 escuelas en las que impactaron a 30.000 estudiantes de 7 a 15 años. Los números fueron sorprendentes: mostraron que el bullying había desaparecido en casi el 80% de las escuelas. Además los niños declararon sentirse menos deprimidos, menos ansiosos y con más autoestima.
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El modelo finlandés aterriza en Chile
En 2015 el médico y Doctor en Epidemiología Psiquiátrica Jorge Gaete buscaba referentes internacionales de modelos anti bullying y uno de los programas con mayor evidencia científica en el mundo era KiVa. Así comenzó una colaboración para traer el modelo a Chile.
“Es importante saber que no haciendo nada el bullying va a disminuir igual, porque naturalmente baja a medida que los niños crecen, entonces para evaluar un programa antibullying tenemos que lograr que la intervención mejore lo que se va a dar naturalmente«, explica el Dr. Gaete.
Hoy existe mucha más conciencia por parte de profesores y de los colegios que tienen que hacerse cargo de la salud mental y del desarrollo socio emocional de los estudiantes para lograr experiencias educativas de calidad y erradicar la violencia.
Dr. Jorge Gaete, Doctor en Epidemiología Psiquiátrica, U. de Los Andes
Chile fue el primer país en implementar y estudiar la efectividad de este programa en Latinoamérica. El equipo liderado por el Dr. Gaete analizó la utilidad del modelo en 39 escuelas socialmente vulnerables de Chile, específicamente en 5to y 6to básico. «Los resultados fueron significativos. Según los datos se vio una reducción de 25% en la victimización y de un 35 % en los reportes de testigos», explica Gaete.
El Ministerio de Educación da libertad a cada colegio para definir su modelo de prevención anti bullying, para el Dr. Gaete es clave que directivos, sostenedores, municipios e incluso el Ministerio contemplen la evidencia científica en torno a los programas que se implementen.
Evidencia elocuente
«Los profesores están sobrepasados, primero por su salud mental, y por los problemas de convivencia entre sus estudiantes, entonces se entiende la resistencia a tener que capacitarse en un nuevo programa preventivo porque piensan que es otro programa más… KiVa es el único modelo que tiene evidencia científica de que ya ha funcionado en Chile».
De esta manera el conocimiento de metodologías probadas puede ayudar a hacer frente a un fenómeno de violencia escolar que parece desatado y que exige que la reactivación no sea sólo de contenidos académicos, sino sobre todo de habilidades socioemocionales, porque si no la violencia será muy difícil de erradicar.