Participación: La base de ciudades sostenibles
Urbanismo Social a través de sus proyectos ha demostrado la importancia de poner a las personas en el centro. Conocimos a Rosa Carreño, una de las beneficiarias del conjunto habitacional «Maturana 1203», y hablamos sobre participación ciudadana con Pía Monardes, directora social de Urbanismo Social.
Francisca Valenzuela
El conjunto habitacional de viviendas sociales «Maturana 1203» refleja que participar de la construcción de nuestro propio hogar es posible y necesario. Emplazado en pleno barrio Balmaceda, en la comuna de Santiago, beneficia a 58 familias pertenecientes a 3 comités de vivienda: «Nueva Estrella», «Mi Hogar, Mi Esfuerzo» y «Virgen de Guadalupe». Estas familias han vivido históricamente en Santiago Centro, y hoy pueden conservar sus redes, acceder a servicios y permanecer en su comuna de toda la vida.
El proyecto «Maturana 1203» es uno de los proyectos que Urbanismo Social ha acompañado a través de la intervención, juntando a todos los actores que componen un territorio para trabajar poniendo el foco en las personas, generando procesos de involucramiento que permiten combatir la segregación.
La participación es la clave para tener ciudades más justas y que sean sostenibles en el tiempo. Es por esto que en 2014, se publicó la Política Nacional de Desarrollo Urbano, en la cual se establecen los principios generales que debieran regir el futuro desarrollo de ciudades y centros poblados del país, con el fin de guiar su destino a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Dicha política establece, entre uno de sus puntos, la importancia de garantizar procesos de “participación ciudadana efectiva”, sin embargo, al no ser explicitado como una obligación, se ha quedado «como una mera declaración de intenciones”, señalan desde Urbanismo Social.
Nos preguntamos ¿Cómo pueden seguir existiendo proyectos con procesos de participación como el caso de Maturana 1203? Conversamos sobre esto con Pía Monardes de Urbanismo Social.