El explosivo aumento de los campamentos
En solo dos años, la cantidad de familias viviendo en campamentos aumentó en un 73,52% según un catastro realizado por TECHO-Chile y Fundación Vivienda. El estallido social y la pandemia profundizaron el fenómeno.
Marcela Arancibia
El 12 de noviembre de 2019 llegaron las primeras familias al campamento Marichiweu en Batuco en la comuna de Lampa. Dos meses después, en enero de 2020 llegó Nikol Moya, una joven madre de dos hijos que luego de perder su trabajo y sin redes de apoyo, tomó la decisión de construir su hogar en este asentamiento informal.
Vivieron casi 10 meses sin electricidad y recolectando agua en bidones en plena crisis sanitaria, mientras el campamento no paraba de crecer.
La historia de Nikol, quien luego de llegar a Batuco se transformó en dirigenta del campamento Marichiweu, la conocimos en el segundo capítulo de nuestro programa In Situ, “El regreso de los campamentos”, y es la representación de un fenómeno que ocurrió entre el estallido social y el inicio de la pandemia del COVID-19, momento en el que se produjo el peak de creación de nuevos campamentos desde 1996.
Así lo demostró el Catastro Nacional de Campamentos 2020-2021 realizado por TECHO-Chile y Fundación Vivienda, que reveló que entre el cuarto trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020, se formaron un total de 77 nuevos campamentos. Una realidad que hace aún más evidente la profunda crisis de acceso a la vivienda para un porcentaje importante de la población.
Desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo califican como “muy doloroso” el aumento de los asentamientos precarios en Chile y además, aseguran que las causas de este fenómeno son múltiples. La crisis económica a causa del estallido social y la pandemia del COVID-19; la falta de oportunidades laborales por las medidas de restricción de movilidad; los números en aumento del allegamiento y hacinamiento; el alza en los precios de las viviendas y los múltiples casos de arriendos abusivos e irregulares, son solo algunos de los fenómenos económicos, sociales y culturales que han hecho que los resultados del Catastro Nacional de Campamentos 2020-2021 impacten por sus cifras sin precedentes.
UN ALZA HISTÓRICA
En 1996, el Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile identificó 972 campamentos en todo el territorio nacional y más 115 mil familias viviendo en ellos. El programa Chile-Barrio, implementado entre 1997 y 2005, logró erradicar el 23,7% de los asentamientos y según estudios de la época, el programa tuvo efectos positivos en las condiciones de habitabilidad de las viviendas y la calidad de los barrios.
El número de campamentos disminuyó y así lo corroboró el Catastro de Campamentos de 2007 que identificó 490 campamentos en el país y 20.509 familias viviendo en ellos. Debido a este diagnóstico, la problemática de los campamentos dejó de tener una política especialmente focalizada, lo que se mantuvo así hasta 2010, cuando se creó el Programa de Campamentos que comenzó a implementarse a partir de un nuevo Catastro Nacional realizado en 2011 que identificó un revés en lo que se había logrado y detectó un alza en el número de asentamientos contabilizando 657.
De ahí en adelante, la cifra de campamentos se mantuvo más o menos estable hasta 2018 cuando se identificaron 741 asentamientos. Desde ese año, la cifra creció exponencialmente.
El estallido social de 2019, la posterior pandemia del Coronavirus en 2020 y la crisis económica que acarreó, encendieron las alarmas ante la evidente alza de campamentos en distintas ciudades del país. Por eso, este estudio realizado por TECHO-Chile y Fundación Vivienda no solo se hizo mediante georreferenciaciones, análisis de catastros anteriores o datos brindados por municipios u otros organismos, sino que también corroboró la existencia y magnitud de los campamentos catastrados de forma presencial por medio de voluntarios, voluntarias y profesionales en las distintas regiones.
De esta forma, se identificaron 81.643 familias que habitan en 969 campamentos a lo largo de Chile, lo que significa un aumento del 73,52% en la cantidad de familias, y del 20,32% en el número de asentamientos con respecto al Catastro del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) 2019 que reportó 47.050 familias en 802 campamentos.
UN PROBLEMA MULTIDIMENSIONAL
El aumento de campamentos no es una situación que ocurre al azar. Los asentamientos son un reflejo claro de una crisis en el acceso a la vivienda formal, evidenciada en las altas barreras de entrada al sistema financiero y a los beneficios del Estado como subsidios habitacionales. Pero no solo eso, sino que también existen situaciones críticas como el hacinamiento y los miles de casos de arriendos informales y abusivos que potencian la segregación territorial.
En el país, entre 2011 y 2018 las estrategias más usadas en el marco del Programa de Campamentos para atacar esta problemática habitacional han sido la radicación con proyecto habitacional (6,1% de los campamentos), la radicación con urbanización (8,5%) y la relocalización (40,5%). Sin embargo, pese a la implementación de iniciativas estatales, en 10 años la cantidad de asentamientos informales y familias habitando en ellos sigue en aumento.
Desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo reconocen la urgencia de ofrecer soluciones rápidas y efectivas. El titular de la cartera, Felipe Ward, aseguró que “estamos proponiendo una nueva política habitacional que sea capaz de entregar soluciones en mucho menos tiempo y con viviendas emplazadas en los mejores suelos de Chile”.
Una de esas estrategias es el programa 100+100, que en una primera instancia busca gestionar el cierre de 100 campamentos durante este año, además de dar habitabilidad primaria a otros 100 asentamientos.
La idea final es gestionar el cierre de 100 campamentos por año de aquí al 2024 y, al mismo tiempo, dotar de habitabilidad primaria a tomas y campamentos con agua, luz, alcantarillado y otras medidas que mejoren su calidad de vida mientras se desarrolla su proyecto habitacional.
En TECHO-Chile y Fundación Vivienda aseguran que terminar con los actuales campamentos no es la única solución, por lo que buscan que este catastro sea considerado como un insumo imprescindible para el diseño y ejecución de políticas públicas que aborden desde varias veredas el aumento de los campamentos y la crisis del acceso a la vivienda en Chile. Dos problemáticas que, de acuerdo al director ejecutivo de la ONG, Sebastián Bowen, han evidenciado en los últimos años que la pobreza sigue ampliamente presente y en aumento, por lo que se hace urgente tratar esta crisis de manera multidimensional para así evitar que surjan nuevos asentamientos informales y lograr, de una vez por todas, el acceso universal a una vivienda digna en Chile.
CAMPAMENTOS CADA VEZ MÁS GRANDES
El estudio identificó que los campamentos que existen hoy son más grandes en términos de familias que los que fueron catastrados en el último levantamiento de datos realizado por el MINVU. De acuerdo a TECHO-Chile y Fundación Vivienda, esto puede atribuirse al estallido social, la pandemia y las posteriores medidas restrictivas asociadas a la crisis sanitaria que tuvieron un impacto significativo en los ingresos de las familias.
Según lo identificado por el catastro, mientras los campamentos pre-estallido tenían, en promedio, 77 familias, los post-estallido tienen 139.
Se entiende por campamentos: pequeños (de entre 8 y 20 familias); intermedios (de entre 21 y 40 familias); grandes (de entre 41 y 80 familias); y macro-campamentos (de más de 80 familias).
EL AVANCE EN REGIONES
Las regiones que en términos absolutos aportan más al aumento de campamentos y familias viviendo en ellos, son la Metropolitana y la de Valparaíso, las que según el catastro tienen 138 y 255, respectivamente.
Metropolitana
En términos de cantidad de familias y campamentos existentes, la Región Metropolitana presentó un peak histórico durante 2020.
La cantidad de familias aumentó en un 225% con respecto al catastro MINVU de 2019, mientras que la cantidad de campamentos lo hizo en un 53%.
El catastro de TECHO-Chile y Fundación Vivienda detectó 138 campamentos en la Región en los que viven 19.444 familias concentradas principalmente en las comunas de Lampa, Puente Alto y Colina.
De este total de familias, 11.052 son hogares de migrantes, lo que corresponde a un 57%. Además, en los 138 asentamientos viven 13.662 niños y niñas menores de 14 años.
Valparaíso
La V Región presenta los índices más altos de campamentos y presentó un peak histórico del número de familias viviendo en asentamientos, duplicando el punto más alto observado en 2019.
Hoy existen 225 campamentos en los que viven 23.843 familias concentradas en las comunas de San Antonio, Valparaíso y Viña del Mar. Además, a la fecha de recolección de los datos, se reportaron 2.954 viviendas en construcción.
2.004 familias corresponden a círculos integrados por migrantes, mientras que en cuanto a los menores de 14 años viviendo en los campamentos de la Región de Valparaíso, hay aproximadamente 14.476 niños y niñas.
De las 16 regiones, 10 presentan un aumento en el total en cantidad de campamentos en relación a 2019. Entre ellas, las que más destacan son las regiones de Tarapacá y la Araucanía con un aumento de asentamientos del 55% y 128% respectivamente.
Tarapacá
La Región de Tarapacá presenta los índices más altos de campamentos de los últimos 10 años.
En 2020 fueron identificadas 8.458 familias que viven en 62 campamentos, la mayoría emplazados principalmente en la comuna de Alto Hospicio, que concentra 49 asentamientos.
A modo de resumen, la cantidad de familias aumentó en un 107% con respecto al catastro del MINVU de 2019, mientras que la cantidad de campamentos tuvo un incremento de un 55%.
De ese total, 3.335 corresponden a hogares conformados por migrantes, lo que significa un 39%. Además, en los 62 campamentos viven aproximadamente 5.258 niños y niñas menores de 14 años.
Araucanía
Si comparamos las cifras actuales con el Catastro Nacional de Campamentos 2019, en la Región de la Araucanía el número de familias aumentó un 315%, mientras que la cantidad de campamentos creció un 128%.
Los datos indican que en el área actualmente existen 48 campamentos, en los cuales habitan 1.458 familias concentradas especialmente en Temuco. Del total, 138 son familias migrantes y se estima que en los campamentos de la región habitan 1.472 niños y niñas menores de 14 años.
Según dirigentes comunitarios de la zona, el 8% indicó que el número de familias “aumentó mucho” a partir de octubre de 2019. Mientras, en relación a los efectos de la pandemia en los asentamientos, el 29% señaló que el número de familias “aumentó mucho” a partir de marzo de 2020, es decir, desde la llegada del COVID-19 al país.